Situado en un antiguo monasterio construido entre 1437 y 1452 por Michelozzo (arquitecto, al igual que Brunelleschi, muy estimado por los Medici), alberga frescos de Ghirlandaio, Fray Bartolomé y numerosas pinturas de sus sucesores. Las celdas están ricamente decoradas con frescos de Beato Angelico por no hablar de aquellas que pertenecían a Cósimo el Viejo, el mayor exponente de la familia Medici que pagó por la reconstrucción de la iglesia y del monasterio parcialmente destruidos en el siglo XV. La atracción principal del museo es el fresco de la Anunciación sobre la escalera que lleva a las celdas, símbolo de pureza, obediencia y fe. De gran impacto es el ingreso a la biblioteca, encargado igualmente a Michelozzo y considerado uno de los mejores ejemplos de interior renacentista, con sus arcos soportados por estrechas columnas de capiteles jónicos.